viernes, 26 de octubre de 2007

extracto del PROLOGO de Jose Javier Fuente,

EL CAMINO DE LAS LETRAS Y LA ESPADA
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La Tierra es la base de todo,
el Fuego la energía,
El Agua la humedad que da la vida
y el Viento el movimiento.
Pero la esencia de los cuatro elementos es el Vacio.

Siguiendo este esquema explica en el primer libro ("Tierra") el cuerpo general de su escuela, la base sobre la que se asienta, comparándola con las práctica de todas las demás profesiones. Todo es lo mismo, viene a decir, cuando se emprende cualquier actividad, pues en todas se comenten los mismo errores y para todas es preciso mantener el mismo espíritu. "Cada ser humano debe esculpir su propio camino", para andar por él al máximo de nuestras posibilidades, empleando todas las técnicas a nuestro alcance. En este capítulo habla del ritmo, de la concentración y de la necesidad de estudiar sin descanso para ampliar los imprescindibles conocimientos humanos. Esboza, para finalizarlo, los fundamentos de la moral cotidiana del guerrero, sus principios fundamentales:
1. Evitar los pensamientos deshonestos.
2. El camino es práctica.
3. Que todas las artes nos sean familiares.
4. Conocer el camino de todos los oficios.
5. Saber distinguir las ventajas e inconvenientes de todas las cosas del mundo.
6. Desarrollar el juicio intuitivo en el conocimiento de cada asunto.
7. Percibir aquellas cosas que no pueden ser vistas.
8. Prestar atención al menor detalle.
9. No hacer nada inútil.

En el segundo libro, el del Agua, habla del espíritu, entendido como actitud general ante cualquier asunto. La idea fundamental es que si se es capaz de vencer a un enemigo, se es capaz de vencer a diez mil, pues el espíritu necesario es el mismo. En él se desarrollan técnicas de ritmo, posiciones de ataque, formas de mirar, de desplazarse, etc. Y se insiste una vez más: " La actitud del espíritu en el Camino de la Estrategia no ha de ser distinta a la actitud ante la vida cotidiana. Ambas, la del combate y la cotidiana, deberán forjarse a través de la tranquilidad y la calma"; tal es la esencia del Camino o dicho de otro modo, también con palabras de Musashi: "El agua toma la forma del recipiente que la contiene, es a veces un hilillo frágil y otras el bravío mar".

En el tercero se habla del combate. Es el libro del Fuego y en él se comparan ambos conceptos: "El espíritu del fuego es fiero, por mas que la llama sea grande o pequeña". Giros y giros como se ve, en torno a la misma idea; pero en cada círculo un aspecto distinto, un mayor grado de profundidad, una visión nueva. Son ruedas dentadas cuyos dientes encajan a la perfección provocando el movimiento de la maquinaria total del guerrero (de cualquier ser humano) en plena armonia con su medio.

El capítulo cuarto, llamado del Viento -símbolo como ya vimos precisamente del movimiento- nos habla de la importancia del conocimiento de otras escuelas de pensamiento distintas a las propias. El ideograma viento japonés quiere también decir "Tradiciones".

Y se concluye el texto con el capítulo más breve y a la vez más oscuro. En sus escasas líneas se resume el Camino: "En el vacio esta la virtud y no existe el mal. La sabiduria tiene existencia, el principio tiene existencia, el Camino tiene existencia, pero el espíritu es la nada: es le vacío".
Queda fechado el doce de mayo de 1645, una semana antes de la muerte de Mushashi.
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